El Tribunal de Primera Instancia de la Unión Europea ha ratificado la sanción económica impuesta a la compañía de Bill Gates por la Comisión Europea en 2004 por abuso de posición dominante en el mercado.
El caso se remonta a 1993, y en sus orígenes consistía en un litigio presentado por Novell (como cambian los tiempos...) sobre las prácticas de licenciamiento realizadas por la compañía de Redmond. Las acusaciones de Novell se resumían en que Microsoft no facilitaba suficiente información técnica sobre Windows y sus APIs (Application Program Interface) ni sobre las APIs de algunos de sus programas para impedir a la competencia la creación de aplicaciones compatibles con sus formatos de fichero y funcionalidades que pudieran desbancar a su propio software de la posición privilegiada en que se encontraba.
En 1998 Sun Microsystems se sumó a la contienda, que a partir de ese momento empezó a derivar en una discusión sobre el monopolio de la compañía de Redmond en el segmento de los reproductores multimedia por software.
En 2004 se conocía una sentencia que muchos calificaban de histórica: la compañía de Redmond debería pagar 497 millones de Euros, publicar la información técnica necesaria para que las aplicaciones de terceras partes funcionasen bien sobre Windows y finalmente crear una versión de su sistema operativo sin el reproductor multimedia Windows Media Player. Microsoft, naturalmente, recurrió dicha sentencia que es la que ha sido ratificada el día 17 de septiembre.
El mercado bursátil reaccionó inmediatamente a la noticia haciendo descender un 2% el precio de las acciones de Microsoft, pese a que lo más probable es que la decisión no haga excesiva mella en los intereses de la compañía de Redmond a largo plazo.
Pese a que algunos miembros de la Comisión Europea han manifestado que esta sentencia va a significar una caída importante del porcentaje de mercado copado por Microsoft y que se tiene en situación de casi-monopolio, es poco probable que afecte a la compañía de Bill Gates a corto plazo ya que, simplemente, las computadoras con Windows preinstalado dejarán de incluir el Windows Media Player pero los mismos fabricantes o vendedores ya se preocuparán por incluir un software que haga las mismas funciones, o será el mismo cliente quien se lo instale a posteriori.
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